LOS MEDICAMENTOS NO TIENEN FRENO
Los precios de los medicamentos subieron 146 por ciento entre noviembre y febrero, un 53 por ciento por encima del nivel de inflación general, según el último informe del Centro de Profesionales Farmacéuticos (Ceprofar). La consecuencia directa de la disparada de los precios fue una caída de 18,5 por ciento de las ventas en unidades entre febrero este año y el mismo período de 2023.
El director de esa entidad, Rubén Sajem, advirtió el impacto que esta situación ya está teniendo en la salud de muchas personas porque “se están dejando de usar medicamentos para enfermedades crónicas, para hipertensión arterial, prediabetes, enfermedades metabólicas, disminución del colesterol, tratamientos oftalmológicos”, lo mismo ocurre con los ansiolíticos. El farmacéutico dijo que junto con sus colegas están observando que hay personas que, como no ve en lo inmediato el efecto de abandonar una medicación recetada, “deja de usarla 1, 2, 3 meses o quizá compra un envase más chico y lo toma espaciado” por lo que la adherencia a los tratamientos se está viendo afectada.
Esto que está ocurriendo “es serio porque después trae consecuencias para esa persona, más dificultades de salud que va a tener que enfrentar en el futuro y para el sistema sanitario también, porque la curación es mucho más cara que la prevención”, aseguró en declaraciones radiales.
Sajem advirtió que “los laboratorios medicinales continúan aumentando los precios sin ningún tipo de regulación ni control”. “En el mes de febrero volvieron a aumentar los precios de los medicamentos por sobre la inflación: 15,8 por ciento frente a una inflación de 13,2 por ciento. Medidos en el período que va desde el 1 de noviembre de 2023 hasta el 29 de febrero de 2024, los medicamentos recetados más usados incrementaron sus precios un 146 por ciento. En el mismo período, es decir durante los meses de noviembre, diciembre, enero y febrero la inflación fue del 93 por ciento. Llevan acumulados aumentos del 53 por ciento por sobre la inflación”, remarcó.
El dirigente explicó que, en Argentina, hasta el 31 de octubre pasado “había una conversación con los laboratorios”. Es decir que hasta ese mes el Índice de Precios al Consumidor fue de 120 por ciento y “los medicamentos habían aumentado un 123 por ciento”, pero “cuando aumentaban un poco por sobre la inflación el gobierno, la Secretaría de Comercio, el Ministerio de Salud, hablaban con los laboratorios sobre qué estaba pasando”. De esta forma, dijo, “se mantenían en acuerdos voluntarios, conversados, eso es lo mínimo que se puede pedir, pero no se puede no regular nada, no controlar nada porque los laboratorios son empresas que buscan su rentabilidad y cuando pueden aplicar aumentos de precios lo hacen y cuando pueden generar un colchón de aumento de precios, lo hacen”.
Recortes en el PAMI
En este contexto, el PAMI extendió por ocho meses el acuerdo para brindarle a los jubilados medicamentos gratuitos, pero se redujo la cantidad mensual a la que podrán acceder sin trámite de excepción, que pasan a 5 en lugar de 6.
A su vez, el vademécum del PAMI incluye 167 principios activos y cada uno está representado por varias marcas, lo que eleva la cifra de la cobertura del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (INSSJP) a unas 3.000 presentaciones de remedios. De esos 167 principios activos se decidieron recortar 30. De este modo, a esos remedios, en su mayoría de venta libre o “no esenciales”, solo se accederá con copago.
Desde el PAMI dejaron trascender que se quiere evitar que se generen “abusos” del sistema, siendo que la obra social detectó que algunos afiliados supuestamente solicitaban medicamentos gratuitos para distribuirlos entre familiares. Bajo el argumento de uso excesivo, el PAMI recortó la cobertura de medicamentos para ciertos casos, dependiendo de la cantidad consumida por cada jubilado.
La cobertura de PAMI estuvo ayudando durante los últimos años a compensar los ingresos reales que fueron perdiendo los adultos mayores, como consecuencia de que aumentaron muy por debajo de los precios de venta al público y del índice general de inflación: en 2020 los remedios subieron sólo del 12,1 por ciento; en 2021, un 40,6; en 2022 un 73,4; y finalmente, en 2023 un 164,9 por ciento. Si se tiene en cuenta que el índice de inflación anual fue de 211,4 por ciento y que el incremento del precio al público fue de un 276,2 por ciento, la cobertura de PAMI se mantuvo por debajo de estas marcas.