ECONOMÍA

DIFERENCIAS DE INGRESOS ENTRE LOS TRABAJADORES ARGENTINOS

Los sueldos no solo dependen de la formación y cualidades del trabajador, sino de variables que lo exceden como el tamaño de la empresa y el sector en que se desempeña.En el mercado de trabajo hay fuertes diferencias en cuanto a los salarios. A veces se debe a características que son más premiadas, como el nivel educativo, y así hay sueldos altos en el sector financiero, y bajos en el de la construcción. Sin embargo, hay sectores en donde depende del trabajador, sino de otros factores: el tamaño de los establecimientos, su nivel de formalidad, el grado de sindicalización o la calidad del régimen de contratación.Así se desprende del documento de trabajo “Primas salariales sectoriales en Argentina”, realizado por el Centro de estudios para la Producción (CEP XXI), que depende del Ministerio de Desarrollo Productivo. El informe intenta responder a qué se debe la desigualdad en las condiciones laborales de la estructura productiva argentina.

Los sectores con mayor nivel de formalidad son los que registran mejores salarios. También se observa que ambas están positivamente correlacionadas con la edad y el nivel educativo promedio del sector, mientras que la correlación es negativa con el nivel de feminización del sector.

El nivel educativo de los trabajadores y la calificación del puesto son las principales variables que explican las diferencias observadas entre sectores. Otros factores tales como género, edad, localización geográfica y condición de extranjero también aportan poder explicativo en proporciones que varían de un sector al otro.

La estructura productiva argentina contiene un grupo de sectores que absorben mayormente mano de obra calificada y que ofrecen elevadas remuneraciones. Por ejemplo, enseñanza, finanzas, administración pública, servicios profesionales y empresariales y petróleo y minería. También existe otro grupo compuesto por sectores que demandan mano de obra poco calificada y con bajas remuneraciones: es el caso del servicio doméstico, construcción, comercio, hoteles y restaurantes, o el agro.

Los trabajadores argentinos tienen, en promedio, 13 años de educación, lo que corresponde a un poco más que secundario completo (12 años). Los sectores con mayor nivel educativo son enseñanza, intermediación financiera y servicios profesionales y empresariales, rubros en los que la educación terciaria o universitaria es la norma. En el extremo opuesto se encuentra al servicio doméstico, la construcción y el agro, en los que el promedio de años de educación es inferior a 11, una proporción considerable de individuos con secundaria incompleta o menos.

La sindicalización de los trabajadores eleva el poder de negociación, por lo que puede estar positivamente asociado a la prima salarial. A su vez, los sindicatos suelen ejercer presión en contra de la contratación irregular, ya que eso los debilita. Los sindicatos más grandes y fuertes son los que conquistaron convenios colectivos de trabajo que fijan pisos salariales más altos. Esto hace que los sectores que gozan de esos convenios exhiban no solo mayores primas salariales, sino también homogeneidad en condiciones laborales y salariales a su interior, en el contexto de un mercado de trabajo con heterogeneidades considerables.Las empresas que pagan mejores salarios son, en general, las que operan en sectores dinámicos y modernos y con establecimientos grandes. Suelen tener incentivos para operar en la formalidad, y su capacidad de generación de excedentes les permite afrontar los costos fiscales y administrativos que ello implica. En cambio, las unidades productivas con salarios más bajos son aquellas que operan en sectores tradicionales, con escala reducida y con mayores dificultades para insertarse en el mercado externo.

La administración pública exhibe un salario 52 por ciento superior a la media, en línea con la evidencia internacional: según las estadísticas de la OCDE, en 17 de 24 países, este sector tiene salarios mayores al promedio; lo mismo ocurre en la totalidad de los países de América latina.

El trabajo fue realizado por los investigadores Daniel Schteingart, Martin Trombetta y Gisella Pascuariello, con información de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). El período de análisis considerado fue entre el segundo trimestre de 2016 y el cuarto trimestre de 2019.

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