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ESTUDIANTE LE GATILLÓ POR LA ESPALDA A PROFESOR

Conmoción en la comunidad de la Escuela Media N°5 de Ezpeleta. El mismo alumno le había dado pastillas tranquilizantes a una compañera y también llevó una navaja. Afortunadamente la bala no salió.

Un alumno de una secundaria de Ezpeleta sacó un arma en el aula, le gatilló a un profesor por la espalda aunque afortunadamente no salió la bala. El adolescente había dado la nota anteriormente por darle pastillas tranquilizantes a una compañera -que tuvo que ser asistida por el SAME-, por intentar vender las mismas dentro del establecimiento y también por llevar una navaja, por lo que los padres apuntaron contra los directivos por la liviandad a la hora de tratar el tema.

El caso conmociona a toda la comunidad educativa de la Escuela Media N°5, situada en Río Salado al 5100 y a las familias del alumnado, que tienen miedo de que los chicos vayan a clases y se topen con una de estas situaciones de extrema gravedad. En esta ocasión, la reiteración de episodios había alarmado completamente, pero todo desbordó cuando se viralizó un video filmado por compañeros en el que se observa cuando desenfundó el revólver, apuntó a un docente y apretó el gatillo.

El problema comenzó días atrás, cuando se conoció la noticia de que una jovencita ingirió una pastilla de Clonazepam y tuvo que ser asistida por profesionales del SAME. Según trascendió, se la había dado este adolescente mediante un engaño, que de milagro no terminó en tragedia. Tras eso, padres de otros alumnos confesaron que, siguiendo el testimonio de sus hijos, el muchacho intentaba venderlas a 500 pesos a quien las pague dentro del establecimiento, algo que la escuela desmintió en un breve comunicado.

“Atento a las versiones que están circulando, se informa a la comunidad educativa que, en ningún momento, ningún estudiante portó un arma de fuego dentro del establecimiento. Tampoco se vendieron pastillas. Ante cualquier duda, la institución está abierta para recibirlos”, indicaron las autoridades de la Media N°5.

Por otro lado, los allegados a la comunidad educativa, en contraposición al anterior relato, informaron que ya había llevado una navaja, que la conducta de él es realmente muy mala y que las decisiones tomadas por los directivos son muy livianas respecto a lo que representa la situación. Algunos compañeros confesaron que el joven tenía, tiempo atrás, una picana en su poder, aunque no se pudo confirmar.

Amparados en las decisiones ministeriales, que impiden la expulsión de cualquier alumno para preservar su “derecho a la educación”, solo lo cambiaron del turno mañana a la tarde, algo que generó aún más bronca.

Los padres de los chicos se manifestaron en la puerta del establecimiento y aseguraron que en la reunión convocada por el director, se minimizó el problema. Allí les aseguraron que el arma era de utilería, algo que para nada cambia la ecuación.

“No puede ser que yo como estudiante y perteneciente al centro de estudiantes no pueda confiar en mi colegio, que está encubriendo algo muy grave y hacer como que no pasó nada. Esto roza lo ilegal…”, escribió un alumno en redes sociales.

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