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“YO LA MATÉ, SON LAS 3.45. AHORA ME MATÓ YO”

Escribió el femicida de 80 años, y luego se disparó con el arma de la que era legítimo portador. La escandalosa escena fue descubierta por uno de los nietos del matrimonio. Ocurrió en la localidad bonaerense de Villa Gesell.
Un hombre de 80 años mató de un disparo en el rostro a su esposa de 78 en una vivienda de la localidad bonaerense de Villa Gesell y, tras el femicidio, se suicidó luego de dejar una carta en la que admitió el crimen, informaron este jueves fuentes judiciales y policiales.

El hecho se registró el miércoles por la madrugada, en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en una casa situada en Paseo 115 entre avenidas 3 y 4 de la mencionada ciudad balnearia.

Fuentes judiciales y policiales informaron que la investigación comenzó el miércoles por la mañana cuando un nieto de la pareja, integrada por Alfredo Poggio y Elsa Beatriz Revellio, ingresó al inmueble.

El hombre encontró a su abuela muerta sobre la cama de una de las habitaciones y a su abuelo en la cama matrimonial, ambos con heridas de arma de fuego.

Efectivos de la comisaría de Villa Gesell arribaron al lugar y constataron que Revellio sufrió un disparo a la altura del ojo izquierdo.

En tanto, Poggio tenía un balazo en la sien derecha y una pistola Bersa calibre 9 milímetros en una de sus manos.

El fiscal de la causa, Walter Mercuri, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 8 de General Madariaga, dispuso que esta tarde se realizara la autopsia, cuyo resultado confirmó que se trató de un femicidio seguido de suicidio.

Los investigadores el miércoles tenían casi confirmada esa hipótesis dado que el hombre había dejado una carta en la que escribió: “Yo la maté, son las 3.45. Ahora me mató yo”.

Además, le envió un audio de WhatsApp a unos de sus hijos alrededor de esa hora de la madrugada del miércoles en el que le dijo que había asesinado a la madre y se iba a suicidar.

“La mujer estaba en la cama de una plaza, aparentemente dormida por la forma en la que estaba ya que tampoco tiene ningún signo de defensa”, precisó un vocero encargado de la pesquisa.

Tras ello, el agresor fue a su habitación y se suicidó con la pistola de la que era legítimo usuario para portarla.

“Eran de Buenos Aires, tenían muchas propiedades en Villa Gesell, donde pasaban la mayor parte del tiempo y ante la pandemia prefirieron quedarse en esa ciudad”, añadió la fuente.

Si bien los allegados admitieron que la pareja tenía una ” pésima relación”, los investigadores libraron un oficio para determinar si en Capital Federal había denuncias previas por violencia de género ya que en la localidad balnearia no había ninguna.

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