LOCALES

DE BUENAS INTENCIONES ESTÁ PAVIMENTADO EL CAMINO A LA RUINA

 

Como el gobierno argentino cometió el segundo error no forzado en 72 hs.

 

El gobierno de la Argentina, en medio de una crisis económica sin precedentes, malogró una operación comercial millonaria, comprando mercadería cuyo destino es la provisión de alimentos no perecederos a los sectores más carenciados.

Cuando el público no se recupera del asombro de la operativa bancaria que permitió la salida de los jubilados en masa, para percibir sus haberes, en pleno confinamiento obligatorio decretado por el presidente de la Nación, se conocen ahora detalles de la compra a precio excesivo de millones de pesos en mercaderías.

Si faltara algo para terminar de dinamitar la confianza de las personas, ya demasiado preocupadas por la situación que deben enfrentar (muchas sin asistencia estatal), es que el estado se dedique a dilapidar dinero que, a rigor de verdad, no tenemos.

Es que las arcas del estado argentino están llenas de promesas, ahora impagas, de dinero que se debe o que aporta una asfixiada clase trabajadora e industrial.

Se habla de sobreprecios y mala elección de las mercaderías, las cuales además de más costosas serían de inferior calidad a otras de valores menores. Los números no importan,  estos datos ya inundan los portales de noticias.

¿El gobierno adolece de falta de preparación o simplemente se trata de falta de escrúpulos? Ambos casos son preocupantes. El presidente debe entender de una vez que es posible que se haya rodeado de gente mal preparada para lo que se viene, para lo que ya se vino.

Una vez más, la ineptitud o la corrupción se pueden cobrar vidas, ya tenemos experiencia en eso, al lado de Cromagnon o la tragedia de once, las vidas que peligran por la pandemia estremecen.

La confianza es un bien escaso, que se desgasta frente a cada decepción. El pueblo está dando todo de sí, algunos poco, otros todo lo que tienen.

No hay lugar para errores. No más.

 

 

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