DECIDEN QUIEN VIVE NO POR GRAVEDAD, SINO POR AÑOS DE VIDA RECUPERABLES
En el registro se puede ver al jefe médico de un centro de salud de Madrid explicándole a su equipo que los recursos para pacientes con Covid- 19 deben ser asignados “no por gravedad, sino por años de vida recuperables”.
En las últimas horas dio la vuelta al mundo un polémico vídeo en el que el jefe médico del Hospital Infanta Cristina, ubicado en la ciudad madrileña de Parla, España, da instrucciones a su equipo sobre cómo dar prioridad a unos pacientes sobre otros en el marco del colapso del sistema de salud provocado por la pandemia de coronavirus.
En el registro fílmico, difundido por el diario El País, se puede ver como el jefe médico indica ante sus espectadores que las camas se van a asignar “no por gravedad sino por años de vida recuperables”. Él mismo reconoce que la decisión es “horrorosa”. “Ojalá no nos hubiera tocado vivirlo”, agrega.
El vídeo fue grabado el pasado 18 de marzo durante una sesión en la que los sanitarios se preparaban para un escenario inminente de colapso hospitalario. En este, el médico refiere a sus compañeros sobre varios modelos éticos a la hora de desplegar atención a enfermos. En este sentido, disertó que hay sistemas éticos, que denomina de “justicia” y “beneficiencia” para conseguir el “máximo beneficio” del paciente en situación de “abundancia” de recursos, si bien luego apuntó a un tercera vía que nombra como “utilitarista” que aparece cuando “hay limitación extrema de recursos”.
“El objetivo principal no es el beneficio individual sino el beneficio social, maximizar el número de vidas salvadas“, apuntó este facultativo para retrotraerse a un ejemplo de catástrofe “puntual” como el atentado del 11-M.
A continuación, el medico aludió a que en la situación derivada del crononavirus “obliga a plantear que puede ocurrir una limitación extrema de recursos”. En ese posible caso, especificó en su simulación que un “primer cuello de botella” serían las camas UCI, el segundo las camas de hospitalización, luego el personal disponible (desaconsejando doblar turnos) y también aludió al acceso a material de protección.
Luego, empleó un símil bélico para agregar que, en este sistema ético, que “a lo mejor llega un momento que hay que decidir a quién se tira la bala (en alusión a recursos) y a quién me la guardo para otro paciente”. “A lo mejor llegamos a esto, esperemos que no“, añadió.
También dijo que ese escenario implica reorganizar la actividad asistencial, los recursos logísticos y centralizar las camas UCI, que ya no serían del hospital sino de la Comunidad de Madrid. En esa línea, manifestó que en un sistema ético para situaciones de catástrofe se asignan las camas a pacientes que “más se beneficien, no por gravedad, sino por años de vida recuperables”. “Eso es drástico, es horroroso, ojalá no hubiera que vivirlo“, prosiguió en su alocución.
Además, indicó: “Luego dentro de dos semanas me diréis qué catastrofista eres. Pero si la curva no se aplana y todos pensamos que no se va a aplanar, puede que lleguemos a esto, desabastecimiento, limitar tratamiento a pacientes recuperables, no dar tratamientos a ancianos en residencias“.
Por su parte, el Hospital Infanta Cristina, esgrimió en su defensa que el vídeo pertenece a una sesión clínica de un internista del centro celebrada “antes del pico de la pandemia” y en ella “se simulaban las distintas posibilidades que podían ocurrir” y las “diferentes formas de actuar según el escenario posible”.
“Como simulación que era, no estaba sujeta a ningún protocolo ni directriz específica”, sostuvieron desde el establecimiento médico y aseguraron que la Comunidad de Madrid no dictó ninguna instrucción con criterios de edad para el acceso a las UCI de los hospitales de la región.
En ese sentido, subrayaron que la base de datos de las UCI de Madrid durante la pandemia entre el 1 de marzo y el 30 de abril recoge que se atendieron a alrededor de 2.600 pacientes con COVID, con un rango de edad que va de los 18 a los 98 años, y que la Consejería de Sanidad triplicó el número de camas de cuidados intensivos, pasando de 540 puestos a 1.900.