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FUE SENTENCIADO A MUERTE TRAS ESTRANGULAR A SU CITA DE TINDER Y DESMEMBRARLA EN 14 PARTES

Un hombre arregló para encontrarse con una mujer a través de la aplicación y luego le ofreció unirse a su culto sexual. Ella lo rechazó y terminó siendo torturada y asesinada de un modo atroz. Ocurrió en Nebraska, Estados Unidos.
Los ciudadanos de Nebraska podrán descansar con tranquilidad tras enterarse que el autor del brutal asesinato a Sydney Loofe, de 24 años, Aubrey Trail, fue sentenciado a muerte por el tribunal de Omaha.
Este miércoles, el líder de un culto sexual, de 54 años, fue condenado por asesinato en primer grado por estrangular a la víctima en 2017 y luego desmembrarla en 14 pedazos después de haberla citado a través de Tinder.
Trail nunca se disculpó con la familia de la difunta con la excusa de que sería un “insulto” hacerlo, según informó el Daily Mail de Gran Bretaña. Asimismo, declaró inocente a su pareja, Bailey Boswell, de 25 años, a quien desvinculó con el asesinato. No obstante, aunque la novia del asesino aun no ha sido sentenciada, podría enfrentar la muerte y convertirse en la primera reclusa condenada a morir de esta manera en Nebraska.
Aubrey Trail y su novia aprovechaban la aplicación de citas para atraer a nuevas mujeres a su secta, y, en el caso de que rechazaran la propuesta, se las asesinaba de las formas más tortuosas.
Esto fue comprobado durante su juicio en 2019, luego de que un grupo de mujeres testificaran cómo el líder del culto sexual las convocaba mediante la app, y, además, las intimidaba con la delirante mentira de que él era “un vampiro que podía volar y leer la mente”, informó el medio.
En tanto, las mujeres describieron cómo Trail les hacía llamarlo ‘papá’ y que las obligaba tener sexo grupal con él, su pareja, y otras mujeres. Además, señalaron que el condenado también se refería a su novia, Boswell, como la ‘reina bruja’.
Una mujer testificó que Trail tenía un grupo de ‘brujas’, y que para convertirse en una de ellas, tenía que matar a alguien y “tomar su último aliento”, detalló el diario Omaha Herald. Por ende, la recluta obtendría más ‘poderes’ si la persona asesinada fuera torturada durante horas antes, testificó la mujer. También sostuvo que abandonó el grupo antes de que mataran a Loofe, y denunció que Trail y Boswell amenazaron con matar a su familia si le contaba a alguien lo sucedido.
Por otra parte, otra de ellas testificó que Trail y Boswell la obligaron a seguir reglas estrictas, incluida la comunicación cada tres horas para informarles dónde estaba. Tampoco se le permitió usar ropa en la casa del líder de la secta.
Aquella mujer le dijo al tribunal que la castigaban si infringía las reglas, incluida una vez en la que él la estranguló con un cinturón y otra en la que la abofeteó en la cabeza más de 10 veces. La víctima aseguró que Trail y Boswell solían hablar sobre matar y torturar a otras víctimas porque necesitaban fortalecer sus poderes.
Supuestamente hablaron de cortar los párpados de las personas, arrancarles el cuero cabelludo, hacer agujeros en las personas durante el sexo, verterles ácido y prenderles fuego.
Dijo que Trail y Boswell tenían una bolsa de matar, a la que llamaron ‘bolsa de matar de Bailey’, que incluía un traje de sauna, un martillo y unos alicates. La mujer dijo que inicialmente aceptó participar en un asesinato. También abandonó el grupo antes de que mataran a Loofe.
Muerte de Loofe
Aubrey Trail y Bailey Boswell atrajeron a Sidney Loofe con Tinder, y luego de insistirle para que participara de su macabro estilo de vida teniendo sexo en grupo, que ella rechazó, por temor a que se asustara y acudiera a las autoridades, decidieron deshacerse de ella.
Trail confesó que la mató estrangulándola con un cable eléctrico. Luego, la pareja cortó su cuerpo en 14 pedazos. Antes de ir a la cita, el 15 de noviembre del 2017, Loofe había publicado una selfie, emocionada, en su cuenta personal de Snapchat: “Lista para mi cita”, escribió.
Su madre reportó su desaparición al día siguiente, cuando no se presentó a su trabajo de cajera en la tienda de mejoras para el hogar Menards en Lincoln. Un mes después, su cuerpo desmembrado fue encontrado metido en bolsas de basura tiradas en un campo.
“No tenía ninguna duda de que le diría a la gente si la dejaba ir”, sostuvo el asesino, quien estuvo esposado, vestido con un traje naranja de prisión y en una silla de ruedas durante toda la sentencia.
No obstante, el asesino no pudo estar en la corte para escuchar los testimonios de las otras víctimas ya que intentó suicidarse mientras estaba detenido cortándose la garganta, pero no tuvo éxito.

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