LA MARCHA DEL 17-A SE SINTIÓ CON FUERZA EN EL PAÍS
Una masiva movilización de ciudadanos se expresó este lunes, con barbijos y banderas de Argentina, en el Obelisco y distintas ciudades del país para protestar contra el gobierno nacional. Fue la tercera vez que los sectores opositores se manifestaron durante la vigencia de la cuarentena, ya habían organizado marchas el 20 de junio y el 9 de julio.
La protesta del #17A fue convocada principalmente a través de las redes sociales bajo los hashtags #17ASalimosTodos y #17ABanderazoporlaLibertad. Si bien ningún partido de la oposición llamó formalmente a participar de la movilización, varios referentes de Juntos por el Cambio apoyaron públicamente la iniciativa.
En la ciudad de Buenos Aires, el epicentro de la protesta fue el Obelisco, donde los manifestantes con banderas argentinas comenzaron a concentrarse minutos antes de las 16. En el interior del país, se congregaron en plazas y monumentos: como el Patio Olmos y la plaza San Martín de Jesús María en Córdoba; la plaza Moreno en La Plata; el Monumento a la Bandera en Rosario; y el cruce de Sarmiento y Av San Martín en Mendoza.
También se juntaron cientos de manifestantes frente a la Quinta de Olivos, donde vive el presidente Alberto Fernández, y un grupo más pequeño en la esquina de Juncal y Uruguay, donde está ubicado el departamento de Cristina Kirchner.
En el edificio de la vicepresidenta un vecino colgó una gran bandera argentina que decía “Argentina República Democrática”.
Entre las consignas que más se repitieron en las redes sociales se destacaron las críticas a la reforma judicial que impulsa el oficialismo, los cuestionamiento a la cuarentena, el repudio contra la corrupción y el reclamo de mayor seguridad.
Desde el gobierno nacional señalaron que se trata de un “atentado contra la salud de los argentinos” por darse durante el pico de contagios y muertes por coronavirus. El presidente Alberto Fernández planteó que se trata de “una invitación al contagio”.
Por su parte, el #17A también reavivó las tensiones al interior de la coalición opositora. Mientras la titular del PRO, Patricia Bullrich, y el referente radical Luis Brandoni, caminaron entre la multitud, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, tomó distancia de la convocatoria y pidió “máximo cuidado con el distanciamiento”.
“Vengo a decirle al Presidente que la cuarentena puede que no exista para él, pero sí existe para miles de trabajadores y un montón de gente que la está pasando realmente mal”, dijo Bullrich desde la avenida 9 de Julio y también le pidió a Alberto Fernández que frene la reforma judicial.
En cambio, Rodríguez Larreta había manifestado ayer: “Podrá haber alguna persona que hable a título individual, pero aclaro que no hay ninguna convocatoria partidaria. Entendemos la incertidumbre que genera estos meses de aislamiento y respetamos el derecho a manifestarse, pero en este momento pedimos máximo cuidado con el distanciamiento, así como lo planteamos para cualquier actividad al aire libre”.
Nadie lo organizó. Sin embargo, desde el Obelisco hasta el río los autos se colocaron en fila y tocando bocina, cerrando el paso por 9 de julio, Cerrito y Carlos Pellegrini. Desde el Obelisco hacia el sur, se colocó la gente que se manifestó con distancia social y aplaudiendo o haciendo sonar elementos para hacer ruido. Algo similar sucedió por avenida Corrientes, por donde la los manifestantes no pararon de llegar desde las 15 hasta las 18, por lo menos, cuando la contundente marcha alcanzó su pico.
De todas las movilizaciones similares que se vieron en los últimos tiempos, quizás esta fue la que menos tumulto generó en la Plazoleta de la República, el pequeño parque rodea el icónico monumento porteño, centro de las protestas y de fiestas populares en la Ciudad de Buenos Aires. No había distancia social, sin embargo, se podía pasar perfectamente, sin esas aglomeraciones que impiden respirar, como las hemos visto tantas veces.
Los motivos de la marcha fueron variados pero los carteles contra la reforma de la justicia concentraron la mayor cantidad de reclamos, junto con los pedidos de aperturas en la cuarentena, para recuperar la situación económica de las familias. Pero los motivos expresados fueron casi infinitos. “Queremos un congreso sin delincuentes”, “Estamos hartos de esta dictadura”, “Necesitamos un San Martín”, “Basta de corrupción”, “La Corte Suprema debe salvar la República”, “No hay futuro”, “SI a la libertad de expresión, NO al relato populista”, “Cuando la Patria está en peligro todo está permitido, excepto no defenderla. José de San Martín” y hasta alguno más escatológico como uno que decía “Qué gobierno de mierda”.
Estas expresiones no tienen nada que ver con esas movilizaciones de otro tiempo. Tanta es la diferencia, que ni siquiera necesitan partidos políticos que las convoquen. La gente marcha igual, expresando sus sentimientos que son a un tiempo personales y colectivos. Hoy lo hizo con enojo y enorme preocupación por el futuro institucional pero también económico, por la sensación de que no hay convivencia posible en un país agrietado. Quizás es difícil entenderlo para la dirigencia política tradicional, que no comprende la trama cultural del siglo XXI, tan bien expresada -de nuevo- en la marcha del #17A.
Y un dato más. La cantidad de jovenes que hoy se vieron tendría que empezar a preocupar al Gobierno.
Infobae