LA TENSIÓN EN EL GOBIERNO POR LOS PRESOS POLÍTICOS
La tensión entre quienes salieron a respaldar a Cafiero y los referentes del kirchnerismo duro es evidente. “Algunos quieren pegarle a Santiago por no poder criticar a Alberto”, opinó una fuente
La polémica por la existencia o no de presos políticos en Argentina obligó al presidente Alberto Fernández a rechazar las denuncias de dirigentes del kirchnerismo duro en relación a los ex funcionarios detenidos y, de esta forma, defender a su jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, que había sido blanco de ataques de, por ejemplo, el ex ministro Julio De Vido que ayer incluso redobló la apuesta y embistió contra el jefe de estado.
Los reclamos de dirigentes kirchneristas refieren a la situación procesal del propio ex ministro de Planificación, de la jujeña Milagro Sala, del ex vicepresidente Amado Boudou y del piquetero, Luis D’Elía. Ayer bien temprano, el presidente Fernández, en declaraciones a radio Continental, volvió a reiterar un concepto que había esgrimido en un reportaje con este diario de agosto pasado: que en nuestro país no hay presos políticos sino detenciones “arbitrarias”.
En este sentido, ayer opinó que “tenemos que ser prudentes porque alguien puede llegar a pensar que nuestro gobierno está deteniendo gente sin causa” y en un mensaje hacia dentro el Frente de Todos, esbozó que “hay que decirles a los compañeros que no sean tontos. Lo que quieren es hacernos pelear entre nosotros, dividirnos. Todos sabemos lo que hizo la Justicia y el primero que lo hizo fue Alberto Fernández”.
Tras estas declaraciones, De Vido no se quedó callado y desde su detención domiciliaria siguió disparando: “lamento molestar al presidente con la cuestión de los presos polítos pero debo decirle que esta vez el tema lo instaló su Jefe de Gabinete, que está nombrado por decreto” y recordó que avalan su opinión dirigentes de su espacio, algunos integrantes del gabinete nacional. “La opinión de Jorge Ferraresi, Oscar Parrilli, Andrés Larroque, Wado de Pedro (ministro del Interior), Eli Gómez Alcorta (ministra de Mujeres), Axel Kicillof y Teresa García, entre tantos otros, también molestar? De ser así debiera analizar sus relaciones políticas con el oficialismo ¿o no son oficialistas?”.
Es que el también condenado por la Tragedia de Once puso el dedo en la llaga al remarcar la posición adoptada por funcionarios del gobierno albertista -tanto De Pedro como Gómez Alcorta consideraron a Milagro Sala como presa política- y referentes de la coalición oficialista. En las últimas horas un funcionario del Ejecutivo se preguntó acerca de estas disidencias porqué estos dos ministros “no presentaron un pedido para que el presidente declare el indulto de estos supuestos presos políticos. Es raro. La verdad que todos están sometidos a un proceso judicial”.
La tensión entre quienes salieron a respaldar a Cafiero y los referentes del kirchnerismo duro es evidente. “Hay de todo: algunos tienen actitudes individualistas y otros quieren pegarle a Santiago por no poder criticar a Alberto”, opinó una fuente de Presidencia.
Por la tarde, a la salida de una reunión en el ministerio del Interior, el titular del gremio judicial, Julio Piumato dijo que en el país “no hay presos políticos” y sobre la polémica interna del FdT, remarcó que “hay que respetar la investidura presidencial”. Unas horas más tarde, el propio D’Elía, desde la cárcel, disparó en declaraciones a radio Con Vos que “hasta el 10 de diciembre éramos presos políticos de Mauricio Macri. Desde el 10 de diciembre somos presos políticos de este turno democrático. Es una situación oprobiosa que tiene que terminar”.
Por esas horas, el presidente recibió a distintos embajadores. Los flashes se los llevó su entrevista con el radical Ricardo Alfonsín, recientemente designado como encargado de la diplomatura en España. También estuvo con a su amigo, Alberto Iribarne, futuro embajador en Uruguay. Pero llamó la atención de la visita del embajador italiano en Argentina. Giuseppe Manzo luego que Cristina Kirchner, desde Cuba, asimilara a la inmigración italiana a comportamientos “mafiosos” en una curiosa construcción dialéctica cuyo objetivo era criticar los orígenes de Mauricio Macri (hijo de un calabrés). Desde la delegación italiana sólo esbozaron que durante la entrevista de ayer en Casa Rosada “se hablaron temas bilaterales, como inversiones en litio y otras actividades”.