“MALVINAS SE HA CONVERTIDO EN EL PORTAAVIONES MÁS GRANDE DEL MUNDO”
La Argentina recibió el respaldo ante Naciones Unidas de gran parte de los países miembros, entre ellos China y Rusia. “No existe ninguna razón para no mantener el diálogo bilateral en la cuestión Malvinas”, dijo el Canciller. “Esperamos cada vez más repudio ante la presencia de submarinos nucleares en el atlántico sur”, agregó
El canciller Felipe Solá mostró hoy su satisfacción por el claro apoyo a la Argentina en el comité de descolonización de las Naciones Unidas, que volvió a llamar a las dos partes a negociar. Y, ante el ya habitual silencio británico, señaló que Londres ha convertido a las Islas Malvinas en “el portaaviones más grande del mundo”.
“El Reino Unido tendrá que convencerse en algún momento de que su posición es cada vez menos sostenible. No hay espacios, como dijo el presidente Alberto Fernández, para el colonialismo en el siglo XXI”, señaló Solá tras la resolución por consenso que adoptó el C-24, integrado por 29 países que impulsan el mandato de descolonización adoptado por la ONU en 1960.
“Estamos muy conformes porque hemos tenido un número de oradores muy considerable, creo que 26. Hay países que no perteneciendo al comité han querido hablar hoy. Hemos obtenido una resolución que nuevamente invita a mi país y al Reino Unido a resolver de forma civilizada la disputa de soberanía. Estamos más que conformes, porque la resolución ha salido por consenso, es decir por unanimidad”, añadió Solá en la sede de la ONU en Nueva York.
El canciller habló de los cambios que, a su entender, impulsó el gobierno de Alberto Fernández en relación al de Mauricio Macri. “La política del Estado argentino sobre Malvinas, además de ser un mandato constitucional, en este año que llevamos gobernando con el presidente Alberto Fernández se ha modificado. Nosotros hemos tomado una actitud más activa, más proactiva, en tratar de mover la quietud del Reino Unido en discutir con nosotros la cuestión de la soberanía”.
“No queremos que se mantenga una zona de confort en la relación argentino-británica, porque lo que ocurre es que el Reino Unido no responde a las resoluciones de las Naciones Unidas”, advirtió el canciller. “No hemos recibido ninguna respuesta concreta sobre la cuestión de la soberanía por parte del Reino Unido. Si conversamos con el embajador, y a veces con las personas del Foreign Office”.
El “paraguas” instaurado en la gestión de Guido Di Tella como canciller en el gobierno del peronista Carlos Menem en los ’90 no puede afectar a la soberanía, sostuvo Solá, que participó en aquel gobierno como secretario de Agricultura. Daniel Filmus, secretario de Malvinas, Antártida e Islas del Atlántico Sur, admitió a su lado que “ese paraguas, durante mucho tiempo, sirvió para que no se discutiera el tema de fondo”.
Solá rechazó la idea de que el acercamiento al Reino Unido propiciado por Menem y la dureza de los Kirchner y el actual gobierno llevan al mismo callejón sin salida. No hay “dureza” hoy, sino “actividad y pro actividad”, señaló.
“De ninguna manera aceptamos esa palabra, si uno quiere conversar uno tiene que tener una actitud negociadora, ahora si el otro no contesta nunca… La idea de que lo que no funcionó no va a funcionar es una idea que invita a cruzarse de brazos y a aceptar las cosas como son. Piense usted lo que ha sido la descolonización en el mundo. Va a ver que cosas inesperadas ocurrieron, cosas que no se esperaban. Nosotros sabemos lo que tenemos que hacer”.
Solá criticó el despliegue militar británico en el Atlántico Sur, un tema que fue mencionado por el representante ruso cuando argumentó su apoyo a Argentina en el comité de descolonización.
“No se justifica una base de 2.000 personas con elementos nucleares cada vez más importantes (…). No tiene razón de ser en razón de la actitud pacífica de Argentina. Malvinas se ha convertido en el portaaviones más grande del mundo (para) mantener una colonia que en el fondo es una base militar. Esperamos cada vez más repudio ante la presencia de submarinos nucleares en el atlántico sur”.
El canciller mencionó la colaboración entre Londres y Buenos Aires para identificar los cuerpos de 115 soldados caídos en la Guerra de las Malvinas en 1982. “Con excepción de eso no hemos tenido ninguna respuesta del Reino Unido. A veces pareciera que se sorprendieran con la actitud nuestra, pero la peor de las actitudes es ignorar al otro”.
“Con respecto a la explotación de recursos naturales renovables y no renovables hemos tomado las siguientes decisiones: todo buque que está operando en la zona ocupada por el Reino Unido y paga canon al Reino Unido u opera con bandera de Malvinas está en la misma situación que si operara en la Zona Económica Exclusiva argentina”.
“Al identificar a las empresas podemos enviarle las multas y ver qué relación tienen con otras empresas que están operando en la zona argentina, eso haría que cese la relación y no pueda capturar más en Argentina. Lo mismo hacemos con las empresas que hacen prospección al norte de Malvinas. O dejan de hacer prospección o se van de la Argentina. Y han preferido hacer lo primero”, dijo.
La Asamblea General de la ONU aprobó en 1965 una resolución que determina que existe una disputa de soberanía entre dos partes, la Argentina y el Reino Unido, y las llamó a negociar. La guerra de 1982 puso fin a esas negociaciones, que habían existido en los años previos.
La postura de Solá y de Paula Vernet, una de las peticionarias que llevó Argentina a la sede de la ONU en Nueva York, apunto muy especialmente al dato de que la población actual de las Malvinas fue trasplantada por el Reino Unido tras expulsar a la argentina en 1833. Eso impide, según el derecho internacional público, que los residentes en Malvinas puedan alegar la autodeterminación.
“Soy descendiente de Luis Vernet, que en 1829 fue nombrado primer gobernador de las islas”, dijo Paula Vernet, profesora de Derecho Internacional Público y especializada en derecho marítimo, que definió como “artificial” la población de las islas.
“El Reino Unido alega que no habrá negociaciones de soberanía a menos que los habitantes de las islas así lo consideren”, destacó Solá. “Eso no tiene sustento en el derecho internacional. Como todos sabemos, el derecho a la libre determinación no es aplicable a las Islas Malvinas”.
El representante de China, que al igual que el de Siria apoyó la postura argentina, definió al colonialismo como una “tragedia para la humanidad”, en tanto que el de Rusia mostró su preocupación por la “militarización del Atlántico Sur”.
Antes de esos discursos, los representantes de Costa Rica, en nombre del Sistema de Integración Centroamericana, de Paraguay, en nombre del Mercosur, de México, por la Celac, así como Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Cuba y San Vicente y las Granadinas respaldaron en forma sucesiva el reclamo de soberanía argentino.