ECONOMÍA

EL MICROCRÉDITO COMO UNA SALIDA A LA CRISIS LABORAL

Como en otros momentos de crisis, apalancar el desarrollo de las finanzas individuales puede contribuir en la reactivación económica. En la pandemia, las fintech cubrieron las necesidades de los sectores que más precisan y mostraron todo su potencial.
¿Cómo puede ayudar el crédito personal en la transición hacia el desarrollo del negocio propio o el empleo formal?
Sin dudas, aumentar la formalidad laboral es la mejor herramienta para derribar barreras que frenan el crecimiento tanto a nivel personal como de la economía en general. Sin embargo, mejorar condiciones estructurales lleva décadas y planes estratégicos alineados a una política macro.
Conceptos como microcréditos, microfinanzas cada vez cobran mayor relevancia cuando se analiza la inclusión financiera que marcha a la par de la formalidad laboral. En ese sentido, generar empleo genuino o transformar la asistencia pensada para situaciones extremas en trabajo remunerado, es parte de la solución y el acceso al crédito una herramienta clave.
El crédito privado ha mostrado ser un aliado para reactivar el consumo interno en las situaciones más críticas como el 2001/2002. Miles de emprendimientos que hoy son empresas, pymes industriales o de servicios, nacieron en la peor debacle económica y financiera que atravesó el país.
La volatilidad que ha mostrado la economía, repercute de forma directa en el acceso al sistema bancario tradicional que, por su propia rigidez, deja fuera a una parte importante de la pirámide; un sector que produce, consume y tiene capacidad de desarrollar sus propios negocios, pero no cuenta con la estabilidad que exige la “carpeta bancaria”.
La pandemia aceleró una tendencia que venía creciendo en el negocio financiero a partir de la incorporación de tecnología. La cantidad de empresas se triplicó, hoy son más de 300, que brindan servicios de pagos, cobranzas y créditos, según datos de la Cámara Argentina de Fintech.
A diferencia de 2001, cuando la crisis se desató de forma progresiva, en 2020, muchos comercios, industrias y proveedores de distintos servicios debieron bajar las persianas de un día para otro. En ese contexto, la vertiginosa capacidad de reacción del sistema de crédito digital, representó una salida indiscutible.
Desde facilitar el acceso a un vehículo de movilidad personal, una herramienta de trabajo, un electrodoméstico o una PC, los servicios de las fintech demostraron ser grandes aliados para sostener el consumo. La tendencia creció progresivamente y se sostendrá porque ya no existe la necesidad de acceder a una sucursal física; presentar documentación y avales financieros para obtener dinero. Los algoritmos hacen su trabajo a la velocidad de la luz, permiten concretar un negocio de corto plazo de forma inmediata.
Hoy, el microcrédito digital en Argentina, cobró una gran importancia como mecanismo para generar oportunidades económicas a una familia, generando autoempleo, lo que se traduce en mayor previsibilidad y mejor calidad de vida.
El desarrollo de las microfinanzas, a la par de la evolución del ecosistema fintech, está ejerciendo un efecto positivo en el crecimiento de la economía. En un marco de regulación adecuada y fortalecimiento de la economía contribuirá en un aspecto esencial, la cultura de pago que al mismo tiempo resulta atractiva para alimentar la reinversión e incluso atraer nuevos fondos

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