EL RIESGO PAÍS VOLVIÓ A 1.600 PUNTOS
El fuerte aumento del déficit y la emisión alertaron a inversores. La presión del kirchnerismo tras el pobre resultado de las PASO condiciona al ministro de Economía, virtualmente intervenido por flamante jefe de Gabinete, Juan Manzur.
La mejora de los bonos argentinos posterior a las PASO duró un suspiro y lo mismo pasó con la mayoría de las acciones locales que cotizan en Wall Street. La crisis del gigante inmobiliario chino Evergrande afectó a todos los activos, pero en el caso argentino existe un componente adicional: el temor de los inversores por el deterioro de las variables financieras y cambiarias de cara a las elecciones de noviembre y el impacto que generará en la economía en 2022.
El fuerte rebote del riesgo país, que ayer nuevamente quedó al borde de los 1.600 puntos básicos es el principal reflejo de esta renovada onda negativa de los mercados. Inmediatamente después de las PASO, este indicador había quedado en su mejor nivel del año, cayendo hasta los 1.450 puntos y algunos títulos llegaron a superar los USD 43 de paridad. También las acciones llegaron a nuevos máximos anuales. Pero no se trató del inicio de un rally alcista como muchos esperaban.
La mayoría de las acciones y bonos ya cotizan por debajo del nivel que tenían previo a las PASO. La euforia generada por la victoria opositora abrió rápidamente paso a las dudas por cómo será el manejo de la economía hasta las elecciones y cómo esto impactará en el 2022
La mayoría de las acciones locales y de los bonos volvieron a cotizar por debajo del nivel que tenían el viernes previo a las PASO. Se evaporó demasiado rápido la euforia generada por el revés electoral del kirchnerismo.
Hay algunas explicaciones que se pueden ensayar para justificar este deterioro:
– La crisis generada por el posible default de Evergrande no se puede soslayar. Los inversores salieron más rápido de los activos riesgosos en un contexto de alta incertidumbre y allí sufre más la Argentina que el resto.
– Pero los aspectos locales influyen y mucho. El recambio de gabinete definido por el Gobierno no cayó bien entre los inversores. Los primeros movimientos demuestran que las decisiones económicas más pesadas quedaron a cargo del flamante Jefe de Gabinete, Juan Manzur, el elegido para intentar dar vuelta el pobre resultado que obtuvo el Gobierno en las primarias. Guzmán parece haber quedado en un segundo plano. Pero además nadie tiene muy claro a esta altura si el Gobierno logrará dar vuelta al menos parcialmente el flojo resultado electoral. Las miradas nuevamente se posan en la provincia de Buenos Aires, donde irán apuntadas las principales medidas económicas, atiendo a la situación de pobreza del conurbano.
Entre los inversores, nadie tiene muy claro a esta altura si el Gobierno logrará dar vuelta al menos parcialmente el flojo resultado electoral
– Ya desde una mirada más financiera, los pasos que está dando el ministro de Economía, Martín Guzmán, en materia de gasto público también encendieron alertas rojas. En el proyecto de Presupuesto 2022 reconoce que el déficit fiscal primario con el que terminará el año es de 4%, producto del aumento del gasto que tendrá lugar en los próximos meses. Economistas privados esperaban que en realidad finalizara más cerca del 3%. En forma paralela, se anunció la aplicación de los Derechos Especiales de Giro (FMI) que recibió el Banco Central por parte del FMI para expandir el gasto público sin violar la Carta Orgánica de la entidad. Este rojo fiscal se financiará con más emisión monetaria.
– Sobre todo, crecen las dudas respecto a cómo será el 2022. Guzmán también anticipó que el déficit primario para el año que viene será de 3,3% del PBI, pero sumando los intereses de la deuda se acercará al 5%. Esta proyección desalentó a los inversores que esperaban una mayor consolidación de las cuentas públicas. Sin embargo, el ministro le “hizo caso” a la vicepresidenta, que públicamente le pidió a través de una carta dirigida a Alberto Fernández que “gaste más”. Se trata de un enfoque peligroso, en un contexto de falta de acceso a los mercados internacional y una elevada inflación. El rojo de las cuentas públicas es en buena medida financiado por emisión monetaria.
– Pasa el tiempo y hay más dudas respecto a la situación de la deuda argentina hacia el 2025, que es cuando empiezan a vencer los bonos reestructurados el año pasado. Moody´s aclaró que mantiene a los bonos argentinos con calificación cercana al “default” y considera “altamente probable” que el país vuelva a incumplir con la deuda aún cuando fue refinanciada recientemente. Sin posibilidad de refinanciar vencimientos la deuda es impagable y se está haciendo poco y nada para reconciliar al país con los inversores.