AGOSTO REGISTRÓ LA MENOR INFLACIÓN EN CASI UN AÑO
Si bien es cierto que los aumentos de precios se vienen desacelerando desde el pico de marzo (+4,8 por ciento), el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec ya trepó 32,3 por ciento en los primeros ocho meses del año. Asimismo, en términos interanuales registró un alza del 51,4
La inflación fue del 2,5 por ciento en agosto, según los datos oficiales publicados por el INDEC este martes. De esta manera, perforó la barrera del 3 por ciento mensual por primera vez desde septiembre de 2020 y fue la menor desde agosto del año pasado.
Si bien es cierto que los aumentos de precios vienen menguando desde el pico de marzo (+4,8%), el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC ya trepó 32,3 por ciento en los primeros ocho meses del año. Asimismo, en términos interanuales registró un alza del 51,4%.
Dentro de las verduras, se destacó la caída en el precio del tomate redondo (-11,7 por ciento); en la naranja (-7,4 por ciento); en la papa y en el limón (-4,1 por ciento).
Lo más destacado en agosto fue la desaceleración en alimentos y bebidas, la división con mayor incidencia en el IPC, debido fundamentalmente a una caída en el precio de las verduras en casi todas las regiones. Paralelamente, la estabilidad en el valor de la carne también contribuyó a que los alimentos apenas subieran 1,5 por ciento en el último mes.
“La inflación se ubicó en el límite inferior del rango que proyectábamos, con algunas sorpresas, en particular en el rubro alimentos. Esto es porque hubo algunos rubros que bajaron, como algunos cortes de carne, a partir de la prohibición de exportación, y frutas y verduras, que compensaron aumentos más fuertes como lácteos o panificados”, sostuvo en diálogo con Ámbito el economista y consultor financiero Rodrigo Álvarez.
Por su parte, Agostina Myronec, analista de Ecolatina, remarcó que “la desaceleración en carnes se podía prever mirando el Mercado de Liniers y como el precio mayorista fue aflojando a partir de la segunda quincena de junio, lo cual impactó con rezago en el precio minorista”. “En 4 de las 6 regiones, las carnes treparon por debajo del 1 por ciento en agosto”, acotó.
En el Gran Buenos Aires, se destacaron bajas en el tomate redondo (-11,7 por ciento), la naranja (-7,4 por ciento), la papa (-4,1 por ciento), el limón (-4,1%) y la carne picada (-3,5 por ciento).
La contracción en verduras explicó además gran parte de la fuerte merma en precios estacionales, que pasaron de aumentar 4,9 por ciento en julio a solo 0,9 por ciento en agosto.
Entre el resto de las divisiones, también se observaron desaceleraciones en bebidas alcohólicas y tabaco, vivienda y servicios básicos, y restaurantes y hoteles.
En el otro extremo, las subas más pronunciadas del mes se verificaron en educación (+4,2 por ciento) y salud (+4,2 por ciento). En esta última influyeron incrementos en medicamentos y el ajuste de hasta 9% que convalidó el Gobierno para las prepagas.
Con estos números, la inflación encadenó su quinto mes consecutivo a la baja y se ubicó levemente por debajo del 2,8 por ciento que preveían las consultoras y entidades financieras que participaron del último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central (BCRA).
“La desaceleración tiene que ver con la serie de precios administrados o congelados, como el dólar (que viene creciendo a un rimo del 1% mensual desde mayo), las tarifas de servicios públicos y el salario, que lleva 40 meses en caída en términos reales más allá de algún mes con leve recuperación”, dijo a este medio el director de la consultora EPyCA, Martín Kalos.
Por otra parte, para el economista también influyó la política contractiva que viene realizando el Banco Central en 2021 para compensar la fuerte emisión monetaria de 2020 debido “a la falta de financiamiento que dejó el gobierno de Mauricio Macri y a la pandemia”. “Tanto la oferta monetaria como la base monetaria están creciendo por debajo de la inflación”, detalló.
El ministro de Economía Martín Guzmán señaló días atrás que desde el Gobierno prevén que se mantenga la “senda decreciente”. “Por estacionalidad puede haber un vaivén entre un mes y otro, pero hoy Argentina está en un proceso gradual y persistente de desinflación”, aseguró.
Por su parte, el sector privado espera que los aumentos se ubiquen en torno al 2,7 por ciento/2,8 por ciento de acá a fin de año salvo en diciembre, para cuando esperan una tenue aceleración por cuestiones estacionales. Si se cumplen sus proyecciones, la inflación acumulada para 2021 giraría alrededor del 48 por ciento.
En el mercado coinciden con Guzmán en que la inflación se mantendrá controlada en el corto plazo, teniendo en cuenta que probablemente el tipo de cambio siga creciendo a un ritmo del 1% mensual y las tarifas sigan pisadas en lo que queda de 2021.
Cabe destacar que la inflación núcleo, que no tiene en cuenta ni factores estacionales ni precios regulados por el Gobierno, se mantuvo en el 3,1 por ciento durante el mes pasado.
Al respecto, Myronec aseveró que “cuando uno mira los precios de bienes de consumo masivo, como alimentos empaquetados o aquellos vinculados con el cuidado personal y el hogar, ve que están con dinámicas más elevadas que el resto”. “Es una de las principales preocupaciones”, aseguró.
“Preocupa que el componente núcleo se mantenga estable porque muestra cierta resistencia a las políticas oficiales de congelamiento de tarifas y atraso del tipo de cambio, que son los desequilibrios a corregir en 2022”, expresó Álvarez.