NACIONALES

JÓVENES, VIOLENCIA Y MUERTE: ASESINAN A OTRO PIBE LUEGO DE UNA FIESTA

El caso ocurrió en La Plata. El adolescente tenía 15 años. Le dispararon en el cuello por una gorra. El hecho se suma a los casos de Villa Gesell y Pinar de Rocha y otros tantos que no tuvieron repercusión nacional.

Los casos de violencia seguidos de muerte en fiestas o boliches se multiplican en Argentina. Masivas grescas terminan en tragedias. Según estudios publicados por la OEA, “los estudiantes argentinos tienen los niveles de consumo de alcohol más elevados en América y superan por diez puntos porcentuales a los demás”.

¿Qué pasa los fines de semana en los boliches y fiestas? En estos lugares se obtienen importantes ganancias económicas por la venta indiscriminada de alcohol. Los posteriores hechos de violencia son consecuencias casi

Cuatro de cada 10 menores de 14 años consumen alcohol todos los meses. Después llega “un cruce”, que desencadena en gritos, insultos y violencia.

Al asesinato de Fernando Báez Sosa a la salida de un boliche en Villa Gesell por un grupo de jóvenes rugbiers, se sumó el caso de Leonardo “Pollo” Martínez, un relacionista público de 33 años, muerto de un balazo en el cuello por un joven que disparó desde un auto en la puerta del local bailable Pinar de Rocha, en la localidad bonaerense de Villa Sarmiento, Morón.

De ese hecho también resultó damnificado un empleado de seguridad privada, quien recibió un tiro en una mano.

 

Ahora la conmoción llegó a La Plata, donde un adolescente de apenas 15 años fue asesinado de un disparo a la altura del cuello a la salida de una fiesta en la sede de un club en Villa Elisa.

El menor recibió el balazo durante una discusión con otros cuatro jóvenes, cuando les fue a reclamar una gorra que le habían sustraído en el desarrollo de la fiesta.

Los agresores continúan prófugos en el marco de una causa caratulada por la Justicia como homicidio.

 

UN VERANO DE VIOLENCIA

Desde el inicio del 2020 los casos de violencia producto de la desenfrenada ingesta de alcohol y drogas se multiplicaron en varias partes del país.

Situaciones que no alcanzaron repercusión nacional, como en Misiones, donde los hechos violentos ocurridos en las celebraciones de fin de año, que incluyeron golpes y botellazos, preanunciaban un verano intenso.

O hechos como el ocurrido al norte de la provincia, en San Antonio, este 2 de febrero, donde una discusión entre el personal de seguridad, la vendedora de entradas de un boliche y dos jóvenes terminó a los tiros, con heridos.

En Apóstoles, el 9 de febrero, un joven de 17 años terminó internado y operado a causa de las lesiones que padeció luego de ser duramente golpeado por otros seis a la salida de un boliche, con quienes habría mantenido una discusión dentro del local, en un caso que se asemeja al de Báez Sosa.

En Catamarca, en un boliche de la zona alta de la Capital, un adolescente de 17 años atacó a un joven de 23 años con una botella, y empujó a dos mujeres de 20 y 22 años contra una puerta de vidrio. Todos sufrieron cortes en diferentes partes del cuerpo. Cabe destacar que los hechos de violencia en boliches y fiestas, lejos de disminuir, se multiplican, y muchos de ellos son tomados con naturalidad y no son denunciados.

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