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UNA MUJER DEMANDA A ASTRAZENECA POR LAS SUPUESTAS SECUELAS DE LA VACUNA

Flavia Ochoa, residente de Río Cuarto, Córdoba, accionó judicialmente contra el laboratorio y el Estado luego de padecer el síndrome de Guillain-Barré.

Una mujer de la provincia argentina de Córdoba presentó una denuncia contra la empresa farmacéutica AstraZeneca y el Estado por secuelas que, presuntamente, le dejó la vacuna contra el Covid-19.

Según fuentes judiciales, la demanda ya se encuentra en el Juzgado Federal de Río Cuarto, pero aún está pendiente de trámite y es la primera que se presenta en Argentina bajo estas características. La cantidad reclamada por la demandante, que asegura padecer el síndrome de Guillain-Barré, alcanza los $100 millones.

La denunciante, Flavia Ochoa, relató en una entrevista con los medios locales de la localidad de Río Cuarto que sus síntomas empezaron el mismo día en el que recibió la dosis de la vacuna de AstraZeneca contra el Covid-19. “Empecé con calambres fuertes, se me movían las piernas, y el mismo día, cuando me quiero levantar, no responden más y no me puedo mover. Era directamente un muñeco de trapo (…). A las horas, no sentía los brazos ni podía moverlos”, apuntó la querellante.

Ochoa agregó que en el momento de la aplicación de la dosis de refuerzo de la vacuna de AstraZeneca ya había recibido dos tratamientos con la vacuna de la farmacéutica china Sinopharm. La mujer relató que le realizaron diversos estudios médicos hasta que lograron diagnosticarle el síndrome de Guillain-Barré -una afección rara que afecta al sistema inmunológico- mediante una punción lumbar.

La denunciante explicó que los distintos médicos que la atendieron en varios hospitales de Córdoba “certificaron” que su dolencia está asociada a la vacuna de AstraZeneca. “Me cambió totalmente la vida, no puedo trabajar, me tengo que mover en remís, ando con andador. Un montón de cosas no las puedo hacer, tengo dolores nuevos y rehabilitación tres veces por semana”, dijo.

Ochoa culpó también al Estado de su situación y reconoció que su confianza en las vacunas ha disminuido y siente que la administración no la “cuidó como debía”. “Hubiera sido mejor agarrar (contagiarse) Covid y no que me pasara esto con la vacuna”, consideró.

La farmacéutica británica AstraZeneca anunció el pasado 8 de mayo que retirará del mercado su vacuna contra la covid-19, de la que ha vendido hasta la fecha más de 3.000 millones de dosis en todo el mundo, por “falta de demanda”. La vinculación entre el síndrome de Guillain-Barré y la vacuna de AstraZeneca no ha sido probada científicamente, y organismos oficiales como la Agencia Europea el Medicamento, la Asociación Española de Vacunología (AEV) o el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. han avalado la eficacia del medicamento.

Además, los casos de trombosis y otras enfermedades supuestamente asociados a las vacunas han sido calificados como “muy raros”.

Si bien la admisión de AstraZeneca se produce en el marco de la demanda colectiva, lo cierto es que los científicos ya habían identificado un vínculo entre la vacuna y la trombocitopenia y trombosis inmunitarias inducidas por vacunas (VITT) en marzo de 2021, poco después del inicio del lanzamiento de la vacuna.

Por su parte, Unión Europea (UE) no ha prohibido la vacuna contra la covid-19 de AstraZeneca porque sea perjudicial para la salud, como aseguran diversas publicaciones en redes sociales a raíz de que la Comisión Europea retirase la autorización a este fármaco a petición de la propia farmacéutica, que alegó motivos comerciales.

Publicaciones en redes sociales aseguran que la UE ha prohibido la venta de la vacuna contra la covid-19 de AstraZeneca a razón de que la compañía supuestamente admitiese por primera vez que el fármaco provoca trombosis.

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