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FUE A LA PELUQUERÍA EN LA PREVIA DE SU CUMPLEAÑOS DE 15 Y TERMINÓ PELADA

Sheila, una joven mendocina que soñaba con hacerse un peinado especial para su cumpleaños de 15, terminó casi sin pelo por un descuido de la peluquera.
La fiesta de cumpleaños de 15 es, para muchas chicas, un momento con el que sueñan desde muy pequeñas y en el que ponen muchas expectativas. Así sea una celebración grande o pequeña, las familias suelen hacer muchos esfuerzos para que ese festejo sea inolvidable, pero un detalle puede cambiar el curso de los hechos y transformar el sueño en pesadilla.
Esto es lo que lo ocurrió a Sheila, una mendocina que vive un calvario a poco de su cumpleaños, luego que un error de la peluquera que le decoloró el cabello la dejara prácticamente calva. Como ella misma manifestó, fue a una peluquería que funciona en una casa particular para teñirse su pelo de rubio y dejar atrás el ceniza que usaba.
Según indicó, ya con el producto decolorante aplicado sobre su cabeza, la profesional que la atendía la dejó aparentemente más tiempo del indicado porque primero se fue a reparar una persiana que se rompió y luego a fumar un cigarrillo al balcón.
Si bien ella le advirtió que los minutos pasaban y el proceso de decoloración no se interrumpía, la peluquera no le hizo caso y se lo dejó varios minutos más. No obstante, al llegar el momento del enjuague ambas evidenciaron lo que se podía intuir: la larga exposición al agua oxigenada acabó por dañar el cabello, el cual se le caía a Sheila a mechones.
Al ver que demoraba en regresar a su casa, su madre acudió al lugar y primero no la dejaron ingresar pero cuando finalmente logró hacerlo, lo primero que vio fueron mechones de cabello rubio tirado por el piso del lugar y su hija llorando desconsolada.
“No lo podía creer, veía mi pelo por todos lados. Ella estaba tirando mi pelo en un tacho de basura y no me decía nada. No quería que le mande mensajes a mi mamá”, recordó Sheila.
Ante la inminencia del cumpleaños, su madre optó por comprarle una peluca rubia, del largo que ella hubiera querido tener, para mitigar de algún modo el efecto que le causa verse al espejo y notarse prácticamente con su cabeza rapada.
¿La peluquera? Bien, gracias. No sólo no reconoció su responsabilidad sino que le echó la culpa a la marca del producto que empleó, por lo que la familia de la joven quiso denunciarla en la comisaría local pero fue derivada al Juzgado Civil y Comercial para que se inicie una causa por Daños y Perjuicios.

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