INVITÓ A MENOR CON RETRASO MADURATIVO A SEMBRAR MELONES Y ABUSÓ DE ELLA EN EL MEDIO DEL MONTE
Alejandra Isabel López mamá de la víctima de 13 años habló con cronica.com.ar y relató en primera persona el infierno que atraviesa su hija. La denuncia está radicada en la comisaría de la Mujer de Gobernador Roca, Misiones. Desde ese entonces el acusado está prófugo.
“Le tocó los pechos, le besó el cuello. Le sacó el pantalón y la bombacha y abusó sexualmente de ella”. Esa línea es apenas un fragmento de las aberraciones que constan en la denuncia por abuso sexual con acceso carnal que radicó Alejandra Isabel López en la comisaría de la Mujer de Gobernador Roca, departamento de San Ignacio, provincia de Misiones, luego que su hija de 13 años que tiene retraso madurativo, le confiara que fue abusada.
“Me dice llorando que él abusó de ella y que ella no quería”, cuenta Alejandra en diálogo con cronica.com.ar. La mujer descubrió que su hija había sido víctima de una violación cuando descubrió que el acusado le envió un mensaje de texto pidiéndole una foto “de todo”.
Según estadísticas oficiales, casi siempre el perpetrador de abuso sexual es alguien del entorno familiar del niño o adolescente. Y este caso no fue la excepción. Es que el presunto abusador de 31 años, se había criado junto con la mamá de la víctima. “Desde los 12 años me crié con la familia Teminski, por eso para mí Javier (el acusado) era como un hermano”, alguien con quien “tenía confianza plena”, cuenta la mujer.
Era tal el vínculo que tenía con Javier que hacía tres meses que Alejandra trabajaba en los campos de él cargando tierra en los plantines para que luego se siembre la yerba. Incluso en varias ocasiones ella llevaba al trabajo a algunas de sus hijas cuando no tenía al cuidado de quien dejarlas, ya que es mamá de cinco nenas chiquitas de 15, 13, 12, 9 y 4 años. Sin embargo, la mujer puntualiza “siempre estaban conmigo, nunca nos separábamos”.
No así el viernes 13 de agosto cuando el hombre de 31 años le preguntó si podía llevar a la nena de 13 años a otro terreno de él ubicado en Rosa Chica, “para que lo ayudara a sembrar melones”, relata Alejandra. La mujer detalla que hasta ese momento ” nunca la había dejado sola con él”.
“La dejé ir porque supuestamente iba a ver personal ahí, no iban a estar solos. Pero después me enteré que no había nadie “, agrega. Ese día fue el que habría perpetrado el abuso sexual en dos ocasiones: una en el interior de la camioneta del acusado y otra ” contra un palo”, según le describió la víctima a su mamá.
un robo arrojándoles una bolsa de cemento a los delincuentes
“Me contó todo lo que él le hizo. En el vehículo se le tiró arriba y le dijo que el solo iba a salir de arriiba de ella si iban a comprar juntos un preservativo en la YPF. Ella dijo que sí para que él salga. Cuando fueron él la dejó encerrada adentro de la camioneta. Después la llevó a su chacra en medio del monte, en el terreno donde iban a sembrar melones y la abusó adentro de la camioneta”, relata Alejandra.
En tanto en el segundo hecho de abuso, “la puso contra un palo, en la chacra, la tomó por la fuerza y la penetró”, dice la mamá de la víctima, quien además expresa que su hija no presenta lesiones en el cuerpo ya que “él le dijo que no se mueva porque sino la iba a golpear”.
Tras cometer la violación, él la habría amenazado para que ella no cuenta nada: “Le dijo que si hablaba su mamá se iba a enterar y se iba a morir de un infarto “.
Aunque después de ese episodio Alejandra notó que su hija “estaba alterada” , y manifestaba “mucho dolor de panza “, no le dio importancia en ese momento.
“Pero a los días me llega el rumor en el pueblo que él le traia ganas a mi nena”, cuenta Alejandra. Su intuición de madre le indicó que algo había pasado, por eso desde ese día no volvió más a trabajar a la chacra. “Me alejé para que no pase una desgracia, pero ya había pasado”, relata.
Mientras espera que la Justicia avance y que la menor sea sometida a cámara Gesell, Alejandra cuenta que tomó la decisión de mudarse momentáneamente junto a sus hijas a una chacra ubicada en la localidad de Colonia Corpus, lejos de la ciudad .
“La gente hace muchos comentarios sobre el tema, por eso me vine acá donde no hay gente hablando pavadas”, dice a este medio.
Hace unos días atrás, el presunto abusador le pidió “por favor” hablar y mantuvieron una conversación, en la que él habría confesado haber cometido el abuso. “Él sostiene que no fue una violación, sino solo una apretadita”, dice la mujer quien asegura que si su hija estaba mintiendo, él no tendría razón para estar prófugo.