Uno de los presos del penal donde se encuentran los acusados de matar a Fernando Báez Sosa se quejó de los privilegios de los deportistas y aseguró: “No los amenazamos, son excusas para obtener el arresto domiciliario”.

Luego que los rugbiers acusados del crimen de Fernando Báez Sosa aseguraran que fueron amenazados por los presos del penal de Dolores, uno de los internos decibió hablar con Crónica HD, negó que los implicados hayan sido amenazados y expresó: “Es mentira, es todo una estrategia para que les den arresto domiciliario”. Además, se quejó de los privilegios que tienen los deportistas y los tildó de “asesinos VIP”. 

Cesar, un preso que cumple una condena en el penal de Dolores por matar al violador de su hermana, habló sobre la situación de los rugbiers en una comunicación telefónica con el programa Crónicas 2020 y negó los dichos de Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Blas Cinalli y Ciro Pertossi, quienes habían denunciado ante la Justicia que los convictos les gritaban que “sus cabezas tienen precio” y que los “van a violar”.

“Nosotros nunca le dijimos nada a ninguno de ellos, hacemos buena conducta para irnos lo más rápido posible. Los rugbiers dicen que los amenazamos porque es una estrategia para ganar un beneficio e irse con un arresto domiciliario. La verdad es que nosotros estamos bajo un candado y nadie puede agarrar a nadie. Es mentira lo que dicen, no los maltratamos”, expresó César.

Además, aprovechó la oportunidad para quejarse sobre los privilegios que obtienen los rugbiers en el penal y agregó: “Hace años que todos nosotros estamos comiendo alimentos repugnantes, cosas que un ser humano normal no soporta. A ellos les dan otras cosas, son privilegiados, son asesinos VIP”.

Los rugbiers fueron indagados el mediodía del pasado miércoles como autores materiales del crimen de Fernando Báez Sosa; y en ese procedimiento, manifestaron el temor que les despierta estar alojados en la Alcaldía del Penal de Dolores.

El miércoles, en la indagatoria, la presencia de los acusados ante la fiscal Verónica Zamboni se demoró cuatro horas luego que el abogado de la defensa, Hugo Tomei, exigiera la presencia del juez de Garantías David Mancinelli. Tras cuestionar a la instrucción de Zamboni y a la anterior indagatoria del 19 de enero pasado, Thomsen aseguró: “Quiero aclarar que en la cárcel no estamos como dicen los medios (…) estamos toda la noche escuchando lo que nos dicen otros presos, que nos gritan que tienen precio nuestras cabezas, que (Fernando) Burlando los va a defender, que nos quieren violar. Nos gritan de todo por la ventana”.

Los ocho rugbiers están alojados en una celda aislada del resto de los detenidos, son escoltados por seguridad cuando van a las duchas, sus familiares los visitan fuera del horario regular y son asistidos por un psicólogo y por un pastor evángelico.