PATRULLEROS DESTRUIDOS Y ESCASEZ DE COMBUSTIBLE EN ZONAS CALIENTES DE CONCORDIA
Un preocupante informe periodístico realizado por un cronista de 7Páginas ha revelado la alarmante situación en las comisarías octava y séptima de Concordia, donde los patrulleros se encuentran en estado deplorable y la escasez de recursos afecta gravemente la labor policial en áreas consideradas como las más conflictivas de la ciudad.
Según el reporte, estas comisarías, a pesar de cubrir un amplio radio en el que se concentran la mayor cantidad de hechos delictivos, cuentan con un reducido número de efectivos en guardia, entre 5 o 6 policías por turno. Además, los patrulleros destinados a estas jurisdicciones están prácticamente inutilizables, lo que dificulta enormemente la capacidad de respuesta ante emergencias.
En la comisaría octava, la situación llegó a tal extremo que tuvieron que solicitar prestado un móvil debido a que los tres asignados a esa área no estaban en condiciones de circular. En cuanto a la comisaría séptima, de los tres patrulleros asignados, solo una camioneta está operativa, aunque con el tren delantero tan dañado que evitan circular por las calles de tierra, que son la mayoría en esa zona.
Lo más sorprendente es que, según el informe, el personal de guardia en estas comisarías es destinado a cubrir adicionales para obtener ingresos adicionales, los cuales se utilizan para reparar los móviles o adquirir combustible, debido a que la jefatura departamental no destina fondos para poner en condiciones y proveer de nafta a esos vehículos. Sin embargo, la escasez de este último recurso es evidente, ya que cada patrullero recibe apenas 15 pesos de nafta por día, lo que conduce a situaciones peligrosas en las que los vehículos quedan en reserva al final de la jornada.
Además, se reveló que cada policía recibe solo 150 pesos diarios para alimentación, una cantidad claramente insuficiente para satisfacer sus necesidades básicas. Todo esto ocurre mientras los agentes deben enfrentar la cruda realidad de la delincuencia en las zonas más vulnerables de Concordia, donde la pobreza y la marginalidad son moneda corriente.
Esta situación pone en evidencia la precariedad en la que trabajan los policías de Concordia, quienes se enfrentan diariamente a un escenario desolador mientras intentan garantizar la seguridad en una de las ciudades más necesitadas del país.
FUENTE 7 PAGINAS