GIRO INESPERADO EN UN CUÁDRUPLE ASESINATO
El 31 de octubre de 2015, la pacífica localidad de Pendleton, Carolina del Sur, quedó conmocionada: cuatro miembros de una misma familia fueron encontrados muertos en su hogar rural. Cathy Taylor Scott, de 60 años; su esposo, Mike Scott, de 58; y las madres de ambos, Violet Taylor, de 82, y Barbara Scott, de 80, yacían en la escena de un crimen que las autoridades describirían más tarde como “violento y visceral”. La cena de Halloween se había convertido en una carnicería que nadie podía explicar.
Días después, en un acto público de desesperación y dolor, Amy Vilardi, hija y nieta respectivamente de dos de las víctimas, reprendió al asesino a través de los medios y agradeció las plegarias de la comunidad. Nadie pudo prever que, casi una década más tarde, ella y su esposo Rosmore “Ross” Vilardi serían el centro de un giro que impactaría a la comunidad una vez más.
“No entiendo por qué todo esto ha sucedido y solo sigo pensando que es un sueño del que me voy a despertar,” le dijo Amy Vilardia a WYFF-TV, en aquella época. “Quienquiera que haya hecho esto, no veo cómo puedes vivir contigo mismo”, agregó la mujer. Ahora, las autoridades creen que ella es esa persona que debe convivir con un crimen espantoso en su espalda.
El Sheriff del Condado de Anderson, Chad McBride, anunció el 15 de diciembre de 2023 la detención de la pareja por el cruento suceso. El caso, que estremeció a la comunidad hasta su médula, había permanecido abierto mientras los investigadores trabajaban discretamente, manteniendo en la mira a los Vilardi durante años sin revelar a la opinión pública los detalles que los incriminaban.
“Hay cosas que se deben preservar para nuestro día en el tribunal”, aseveró el sheriff en una conferencia de prensa, eligiendo el hermetismo para no comprometer el caso.
El horrendo crimen había sido reportado oficialmente por Amy Vilardi el 2 de noviembre de 2015, tras encontrar los cuerpos con heridas de arma de fuego. No obstante, el análisis forense sugirió que las víctimas llevaban varias horas fallecidas, posiblemente días.
En busca de respuestas o tal vez intentando distraer la atención pública, meses después del asesinato múltiple, los Vilardi entablaron una demanda contra la oficina del sheriff buscando la devolución de bienes incautados, incluyendo vehículos, electrónicos y casi USD 90.000 en efectivo, argumentando que estos no tenían valor probatorio y que eran su propiedad legítima.
El intento de recuperar sus posesiones derivó en el hallazgo de documentos que iluminaron el tortuoso camino financiero que precedió los asesinatos, y que pudo haber convencido erróneamente a Amy Vilardi de que era la única heredera de una fortuna de USD 105.000 heredados de su abuela Violet.
Los registros del condado de Anderson revelan transacciones financieras preocupantes, ejecutadas por Cathy Taylor Scott, madre de Amy. Dinero significativo, previamente perteneciente a Violet, había sido transferido a cuentas en nombre de Cathy únicamente. Estos hechos cobraron relevancia cuando se consideró que Amy apenas ocho semanas después de los asesinatos contrajo matrimonio con Ross Vilardi, quien ahora enfrenta cargos junto a ella.
La tragedia se tornó más compleja cuando se evidenció que Amy había prohibido a su madre ver a sus nietos, aunque vivían a escasos metros de distancia, agregando un trasfondo de discordia familiar al ya confuso escenario.
El caso desembocó en múltiples batallas legales, con la familia interviniendo para evitar que los Vilardi se beneficiaran económicamente tras los asesinatos. Finalmente, un juez determinó que los fondos en disputa pertenecían a Violet, no a Cathy, alterando la presunta línea de herencia que Amy se preparaba para reclamar.
La siguiente cita de los Vilardi en los tribunales está programada para el 20 de febrero, donde enfrentarán los cargos y quizás se desvelen más detalles sobre un caso que dejó una huella imborrable en Pendleton. Por ahora, la comunidad espera que la justicia desenrede la madeja de este caso y alumbre la verdad detrás de una noche de Halloween que jamás será olvidada.