MULTA MILLONARIA A EMPRESA DE FRACKING EN EE.UU.
Un juez federal de EE UU condenó este lunes a la empresa responsable del mayor derrame causado por fracking terrestre del país, que ocurrió en el estado de Dakota del Norte en 2014, con una multa de 15 millones de dólares (13 millones de euros), según informó el Departamento de Justicia estadounidense.
La sanción anunciada este lunes se suma a los 36 millones de dólares (31 millones de dólares) que acordó pagar el pasado mes de septiembre la compañía responsable, Summit Midstream Partners, al Gobierno federal y al estado de Dakota del Norte, como parte del acuerdo de culpabilidad, de acuerdo al mismo comunicado.
La compañía reconoció que tuvo un comportamiento negligente cuando en agosto de 2014 derramó cerca de Williston (Dakota del Norte) más de 700.000 barriles de petróleo y desechos del fracking, contaminando el agua subterránea y casi 50 kilómetros de afluentes del río Misuri.
Por ley, lo recaudado de las multas federales en este caso irán al Fondo Fiduciario de Responsabilidad por Derrames de Petróleo, utilizado para responder y limpiar futuros derrames de petróleo.
Casi cinco meses de derrame
“Summit es culpable penalmente de descargar negligentemente más de 29 millones de galones (132 millones de litros) durante más de cuatro meses y luego, a sabiendas, no reportarlo”, señaló en un comunicado el secretario de Justicia auxiliar, Todd Kim, de la División de Medio Ambiente y Recursos Naturales del Departamento de Justicia.
De hecho, el derrame continuó durante casi cinco meses antes de que finalmente se contuviera y se informara al Gobierno estadounidense, como lo exige la Ley de Agua Limpia de EE UU.
En esa nota, Kim denunció que la compañía responsable “dio declaraciones engañosas e incompletas” al Gobierno sobre la duración y el tamaño del derrame.
Una técnica polémica
El fracking, o fracturación hidráulica, es una técnica para posibilitar o aumentar la extracción de gas y petróleo del subsuelo. Supone la inyección de agua a presión mezclada con sustancias químicas para romper las rocas y liberar el combustible adherido a ellas.
Sus detractores señalan que la técnica tiene un impacto ambiental negativo, que incluye la contaminación de acuíferos, elevado consumo de agua, contaminación de la atmósfera, contaminación sonora, migración de los gases y productos químicos utilizados hacia la superficie, contaminación en la superficie debida a vertidos, y los posibles efectos en la salud derivados de ello. También argumentan que se han producido casos de incremento en la actividad sísmica, la mayoría asociados con la inyección profunda de fluidos relacionados con el fracking.
Los partidarios de la fracturación hidráulica argumentan que la técnica no tiene mayores riesgos que cualquier otra tecnología utilizada por la industria, e inciden en los beneficios económicos de las vastas cantidades de hidrocarburos previamente inaccesibles que esta nueva técnica permite extraer.
Fuente: 20 Minutos (España)