POLÍTICA

“ALBERTO ESTÁ GROGGY”

Tras la polémica sobre el “golpe de Estado”, el expresidente volvió a cuestionar al jefe de Estado. “Nada me sorprende. Es un Gobierno que no entiende”, lamentó.
Eduardo Duhalde no deja de generar polémica. Tras hablar de un supuesto “golpe de Estado” que anularía las elecciones legislativas del año próximo, idea que luego atribuyó a un “desenganche de la realidad”, el expresidente volvió a cuestionar al Gobierno actual, que “no entiende” cómo manejarse ante la crisis. Y fue más duro contra el presidente Alberto Fernández, al que calificó de “groggy” y volvió a compararlo con su antecesor, Fernando de la Rúa.
“Mi impresión es que el Presidente está groggy, está ‘no contest’, como estuvo (Fernando) De la Rúa en un tiempo, como estuvo Duhalde cuando gobernó”, dijo el exmandatario, refiriéndose a sí mismo en tercera persona y aludiendo a una metáfora de boxeo. “Con tantos problemas, tantos impactos psíquicos, en un momento se necesita ayuda. La explicación más benigna es ésa”, completó en diálogo con Alguien tiene que decirlo, el programa que este jueves 17 de septiembre condujo Nelson Castro en Radio Rivadavia.
El exgobernador de la provincia de Buenos Airess subrayó que “el poder es toma de decisiones” y lamentó las medidas económicas adoptadas por el Gobierno en los últimos días, como el endurecimiento del cepo al dólar. “Nada me sorprende. Es un Gobierno que no entiende, que no sabe que la gobernanza en crisis es absolutamente distinta a tiempos normales o cuasinormales. Nunca lo han entendido: por eso arrancan con 22 ministerios”, reprochó.
Duhalde consideró que “si uno dispersa esa energía queriendo arreglar 10 temas a la vez, no termina arreglando ninguno”. En esa línea, cuestionó la decisión de la Cámara alta de rechazar los traslados de los jueces Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Germán Castelli: “Si uno dispersa la energía tratando de arreglar diez temas a la vez, no termina arreglando ninguno”.
“La crisis exige otro tipo de gobernanza, de decisiones. Pero no se entienden eso, y todos están instalados en el pasado, en una zona de confort y no se dan cuenta de que los eligen para ver si podemos trabajar hacia el futuro”, argumentó. Luego recordó que, cuando debió asumir la presidencia de manera previsional en enero de 2002, decidió afrontar “sólo tres temas básicos porque más no se podían”.
El también exintendente de Lomas de Zamora contó que Alberto Fernández le “encargó el tema de votar las leyes de transparencia o anticorrupción y me puso a (el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo) Béliz como contraparte del Gobierno”. “Hablé con todos los sectores, porque yo no trabajo si no es por consenso. Lo conversamos y decidimos hacerlo. Lo fui a visitar con 3 ó 4 de un grupo de más de 20, personas de distintos sectores como Facundo Manes, Gil Lavedra, León Arslanian y mujeres muy destacadas. Pero después se olvidan, no contestan. Es un tema esencial. El 80 por ciento de los países de Latinoamérica están carcomidos por la corrupción: donde uno toca, sale pus”, protestó.
Sus declaraciones generaron un tendal de repudios de todos los sectores políticos, e incluso algunos cuestionaron su estado de salud, aunque varios dirigentes plantearon que su idea debía ser tenida en cuenta. Tras ratificar en un principio sus dichos, el exmandatario terminó matizando la cuestión: “No tendría que haber dicho lo de las elecciones, fue una respuesta vinculada a un desenganche de la realidad”, justificó.

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